Día Internacional de los Trabajadores
0Las condiciones laborales de fines del 1800 no seguían el ritmo de progreso de las máquinas, las artes y las ciudades. Hacinados en galpones, en las afueras de las crecientes urbes, la gran masa obrera crecía al ritmo de su propia destrucción y así mujeres y niños se hacían imprescindibles para mantener la producción constante. Las familias que habían dejado las tareas rurales y buscaban un nuevo porvenir terminaban hacinadas respirando restos de carbón y conviviendo con ratas, sin acceso a agua potable o alimentos saludables.
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